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jueves, 16 de junio de 2016

Jueves de poesía: "Si hija de mi amor mi muerte fuese", Quevedo


¡Hola a todos! ¿Qué tal va su semana? Hoy les voy a hablar de un soneto de Quevedo, espero les guste ^^

Francisco de Quevedo (1580-1645) fue un hombre culto, docto en teología, conocedor de varias lenguas y un crítico agudo, uno de los más importantes escritores del Siglo de Oro español. Su obra literaria es inmensa y variada: escribió composiciones satíricas y burlescas (donde critica mordazmente los vicios y las debilidades de la humanidad), también cultivó textos morales y políticos de gran profundidad intelectual, así como una prolífera poesía amorosa.
En sus poemas amorosos se encuentra presente la tradición petrarquista, especialmente en los sonetos. Quevedo explora sus emociones y nos da su visión del amor, para él éste le da sentido a la vida y al mundo, por eso es capaz de vencer a la muerte, es decir, sin importar que el cuerpo deje de existir, el sentimiento permanece en el alma, presentando de tal manera la victoria del amante y la sublimidad del amor.
A continuación les pongo el soneto “Si hija de mi amor mi muerte fuese”:

Si hija de mi amor mi muerte fuese,
¡qué parto tan dichoso que sería
el de mi amor contra la vida mía!
¡Qué gloria, que el morir de amar naciese!

Llevara yo en el alma adonde fuese
el fuego en que me abraso, y guardaría
su llama fiel con la ceniza fría
en el mismo sepulcro en que durmiese.

De esotra parte de la muerte dura,
vivirán en mi sombra mis cuidados,
y más allá del Lethe mi memoria.

Triunfará del olvido tu hermosura;
mi pura fe y ardiente, de los hados;
y el no ser, por amar, será mi gloria.

En el soneto “Si hija de mi amor mi muerte fuese”, la primera  intuición emergente para expresar el estado sentimental del poeta, es la de que por encima de la muerte el amor perdura junto con el alma. Ésta no muere al igual que el cuerpo, pues éste es profano y aquélla sagrada, de ahí que subsista y no desaparezca, el amor al formar parte de ella tampoco se evapora, se mantiene y adquiere mayor fuerza de la que tuviera en la prisión mundana en la que yacía, el aspecto de sacralidad propicia un amor indestructible.
No obstante, también se observa el anhelo del amante por el fin de su existencia, sin embargo, ése deseo responde a la imperiosa necesidad de reafirmar el triunfo del amor más allá de la muerte. Esto se evidencia en el modo de los verbos a lo largo del poema, pues primero el autor los utiliza en subjuntivo y posteriormente en indicativo, demostrando así el deseo de morir derivado del amor como una suposición y constatando la supervivencia del sentimiento como un hecho indiscutible.

¿Qué opinan? Ya saben que sus comentarios siempre son bien recibidos :D

6 comentarios:

  1. no suelo leer poesia pero Neruda y Quevedo a veces me leo alguno.
    Gracais por la entrada un besote!

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  2. No soy mucho de poesía pero gracias por el post :P

    Un abrazote =)

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  3. La poesía no es mi género favorito pero de vez en cuando no está de más leer algo así, sobre todo si son algunas selecciones tan bonitas como el de este soneto. ^^

    Mil gracias por la entrada.
    Un besazo.

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Sherezade!
      Qué bueno que te gustó :D Dices bien, hay ocasiones en que no viene mal leer uno que otro poema ^^
      ¡Un abrazo!

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